Es una vergüenza para la justicia y para el país que a la Fiscalía General de la Nación se la han tomado personajes que gozan de gran prestigio académico e intelectual, para construir un templo de poder al servicio de sus más profundos y mezquinos intereses personales y políticos, personajes cuyo patrimonio moral deficitario, lo tratan de maquillar con una gruesa capa de cera a través de un excesivo protagonismo mediático y populismo punitivo, utilizando los medios de comunicación para enviar a la sociedad el mensaje erróneo de que se está haciendo justicia y que ésta se logra mediante el encarcelamiento; sin importar que con ello se arrase con los DDHH fundamentales de ciudadanos de todos los estratos; a este escenario, como ya se ha dicho en otras oportunidades, se suma la falta de idoneidad e independencia de algunos jueces de la Republica. Con un sistema penal acusatorio que exige imparcialidad y respeto por las garantías de los DDHH como eje fundamental de un sistema judicial sólido, gracias a la línea de actuación sistemática dirigida por estos personajes, al bolsillo de los colombianos le está costando cerca de 0.5 billones de pesos.
El último culebrón mediático lo realizó la Fiscalía con el Sr. Eduardo José Benavides, prometido de la directora del ICBF, a quien ordenaron capturar un día antes de su matrimonio con Cristina Plazas Michelsen, funcionaria estrella de Santos. Muchas preguntas: ¿con qué fin el Fiscal General o su Vice ordenaban está captura, justo un día antes del matrimonio? ¿Querían, acaso, mandar un mensaje de poder y de intimidación a todos los invitados a la gran boda que se iba celebrar al día siguiente, seguramente con el gabinete en pleno? ¿Creerían que la Luna de miel de la pareja, tenía como fin facilitar, con la complicidad de Plazas, la huida de Benavides para evadir la justicia? ¿Querían evitarle un escándalo al gobierno Santos, puesto que Benavides es socio de Carlos Albornoz? O ¿el fiscal o Vice fiscal, estaban molestos con Plazas o con el gobierno Santos? Como están las cosas, todo es posible.
Cristina Plazas M., es la misma que enfurecida y con tono moralista armó un escándalo mediático, publicando unas fotos -por la redes sociales- de Emilio Tapia en el concierto de Marc Anthony y Carlos Vives en Cartagena el 30 de diciembre de 2013, por considerarlo corrupto e indigno para estar compartiendo escenario común con ella en el concierto; ahora que su prometido Benavides está en la misma situación judicial de Tapia, ¿qué estará pensando de la corrupción en su propio patio, y peor aún, cuando se sabe que Benavides accedió a devolver los bienes al estado para salvarse de la cárcel?. Algo parecido a lo de Benavides, ocurrió con Luis Fernando Sachica, ex funcionario de la DNE, hijo del ex magistrado Luis Carlos Sachica, la Fiscalía ordenó su captura y un juez le dio la libertad al día siguiente, por considerar que no cumplía los presupuestos legales para estar privado de la libertad.
En cualquier caso, todo indica que las instrucciones en la Fiscalía para mostrar la opinión publica resultados son: primero captura, segundo pregunte y tercero investigue, que los medios se encargan del resto. Para fortuna del Sr. Benavides y el Dr. Sachica, les correspondió un juez “excepcional” de garantías que determinó proteger el derecho a la presunción de inocencia, la libertad y el debido proceso; suerte, o poder, con la que no han contactado millas de colombianos privados de la libertad arbitrariamente. Al Sr. Benavides, posiblemente se le puede embolatar el matrimonio, probablemente el moralismo que haya determinado quién sería su futura esposa.